martes, 28 de septiembre de 2010

La que se avecina: guerra de divisas

Un nuevo nubarrón que, no por anunciado y esperado es menos oscuro, se cierne sobre los mercados. Si hay algo que perturba a éstos, aparte de las expectativas, es la intervención de los diferentes gobiernos para "ajustar" su moneda al nivel que consideran idóneo según la coyuntura.

El intervencionismo es algo intrínsecamente dañino ya que fuerza una situación más o menos natural a otra totalmente artificial, por lo que la "mano invisible del mercado", que decía Adam Smith, volverá a tornar las cosas a su estado inicial. Y no hay reservas capaces de ir contra el mercado, como ya está sobradamente demostrado. Pero ésto es algo que los intervencionistas no comprenden ni comprenderán jamás.

Ahora estamos viendo cómo el euro está caro frente al dólar debido a los diferentes datos que se manejan a ambos lados del Atlántico, especialmente en lo que a expectativas se refiere.

DÓLAR: Débil. Por un lado, el dato de confianza alemana (IFO) está en máximos de tres años, lo que ayuda en las subastas de deuda europeas y además compensa sobradamente los temores sobre la banca irlandesa (y española, no se olvide). Por otro lado, la caída en los pedidos de bienes duraderos estadounidenses además de los temores que despierta la preocupación mostrada de la Fed, podría significar nuevas medidas que flexibilicen su política económica (es decir, volver a darle a la maquinita del dinero). Esto resulta en un cruce de 1,344 $ por cada €. El año empezó en niveles de 1,46 y está lejos de los 1,513 de finales de 2009, pero la tendencia es alcista (para el euro), ya que viene desde el mínimo de 1,191 de mayo con el temor a la quiebra europea, especialmente española. Por cierto, dicen que esto al menos alivia la factura energética, por aquéllo del petróleo pero olvidan que las materias primas, cotizadas todas ellas en dólares, ajustan su precio al valor de éste, sino en todo, sí en parte.

Gráfico de Invertia

YEN: Vigoréxico. Hay varias razoners pero voy a explicitar sólo dos. Su concepción de moneda refugio la hace en estos momentos interesante y, sobre todo, el efecto de deshacer posiciones en carry trades. El palabro ese es simplemente el pedir prestado en divisa con bajos tipos de interés para invertir en divisa con tipos más altos, como la libra esterlina, franco suizo o dólar neozelandés. Como el diferencial de tipos es ahora poco atractivo, las posiciones abiertas en los últimos años, que llevaron al yen a niveles de 153 yenes por euro, se cierran lo que implica comprar yenes para devolver las deudas adquiridas en su momento. Esto no ayuda nada a las exportaciones japonesas, presiona a la bolsa a la baja por las menores expectativas de beneficios de sus empresas y de ahí que el gobierno nipón esté interviniendo (pa ná, que diría el castizo, pero no hay forma), la última vez el pasado 24 de septiembre, vendiendo su divisa de forma masiva, consiguiendo frenar temporalmente la tendencia alcista. Victoria pírrica se llama la figura. En el gráfico se ve el repunte (que signica depreciación del yen) motivado por la intervención del gobierno japo. El caso del yen es especialmente dañino para nosotros por la cantidad de incautos que cambiaron su hipoteca de euros a yenes cuando aquél estaba a 153 yenes (ahora a 113) y a los que les ha aumentado la cuota una pasta a pesar de que los tipos han caído, lo que resta consumo, etc., etc. Por cierto, ya les vale a los bancos que con tanto interés pescaron en el río revuelto de la ignorancia. También es cierto que algunos estaban avisados y a pesar de ello picaron. Hay gente pa tó. Mientras tanto, el Banco de España pendiente de si el grajo vuela bajo o no. ¿De qué sirven esta instiitución "independiente" y sus muy bien pagados funcionarios?.


Gráfico de www.lainformación.com

Como resumen a todo ésto, en las próximas semanas se van a jugar varios partidos de Champions en lo que a divisas se refiere. Veremos quién pierde más.

Es un análisis básico pero no le voy a dedicar más tiempo que tengo otras tonterías en qué pensar.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Trial de Los Ángeles de San Rafael

De nuevo, como en Robregordo, las ganas de correr un trial eran pocas o ninguna y por ello, tras recibir una llamada, volví a ejercer de juez con mayor o menor fortuna.

La visión desde este lado de la barra es muy distinta a la que pueda tener un piloto, pero eso ya lo comenté en otra entrada.

Ni idea de cómo eran las zonas, excepto dos: la 6 el sábado y la 16 el domingo. La primera era de las más bonitas que he visto: con agua, varias trampas donde poner pies y una salida que acabó siendo la más fotografiada. Cuando llegué a la zona me pasó lo habitual, que es pensar que jamás la podría hacer a cero y, tras ver hacerla a 117 pilotos (cifra exacta) me di cuenta de que no era tan complicada y que el problema es que casi no es posible entrenar y menos zonas como esa.

La segunda, en cambio, era de secano y mucho más sencilla. En esta puse ceros a cascoporro, como se dice ahora.

Ninguna incidencia digna de mención con los pilotos. Por comentar algo, hubo uno que tras hacer la zona sin poner un pie, baja hacia mí como un miura en celo para saber porqué le habían picado un cinco. Subió mascullando algo sobre lo preocupado que estaba por el incipiente alzheimer que le hizo tomar la salida por donde los azules. Y digo yo, ¿no merecería un amarillo una puntuación de -1 cuando hace media zona por azules y a cero?.

No conocía Los Ángeles de San Rafael y debo decir que me sorprendió y para bien. Sólo había oído hablar de este lugar por el accidente que tuvo en su inauguración. Un paisaje y un atardecer que invita a descansar la mente. Imagino una puesta de sol en el jardín con una cervecita y algo de picar y me relajo de sólo pensarlo. Además, el hecho de poder montar sin ninguna restricción distinta del sentido común con sólo abrir el garaje y una patada me gustó y mucho.

Bueno, después de la cuña publicitaria, vuelvo al trial. Como decía al principio, sólo puedo hablar de la prueba por los comentarios de los pilotos. Se pueden resumir todos ellos en una frase: "Los sotobikes lo han vuelto a hacer".

lunes, 13 de septiembre de 2010

Basilea III

En esta ciudad suiza se suelen reunir los gobernadores de los diferentes bancos centrales y establecen normas para garantizar la solvencia del sistema financiero.

Esta nueva batería de medidas se conoce como Basilea III. Evidentemente, hay dos "Basileas" previas.

Basilea I, en 1974, establecía el capital mínimo (capital y reservas) necesario en función de los riesgo asumidos. Este nuevo concepto se conoce como "capital regulatorio" y lo dividía en dos escalones (Tier I y Tier II) en función de la capacidad de soportar pérdidas. Era bastante sencillo.

Basilea II, en 2004, introducía el concepto de probabilidad de incumplimiento, es decir, no todo riesgo pondera igual. Dividía el conjunto de normas en tres grupos, como el cálculo del capital regulatorio, la supervisión del mismo y la transparencia.

¿Qué hay de nuevo ahora?. En el aspecto cuantitativo destaca el aumento de 2% al 7% del capital mínimo lo que les limitará a la hora de repartir dividendos. Para ello, da un plazo de ocho años (es decir, que hasta 2015, como pronto, no se empezarán a mover). Además, aumenta el Tier I, que incluye las participaciones preferentes (ese producto infame que colocaron con tanta prisa en los dos últimos años y que merece una entrada propia, a ver si me pongo a ello), del 4% al 6% y el Tier II (Tier I más otro capital y deuda de menos calidad) lo lleva hasta el 10,5%.

En el aspecto cualitativo, que es el que me preocupa dada mi natural aversión a los políticos y a lo público por extensión, lo más relevante es que se le da mayor poder a los bancos centrales y a los gobiernos. Esto significa que estamos peor que antes. Hay una relación directa entre intervencionismo y crisis, recesión o como se quiera llamar.

Es increíble que se haya instalado en la sociedad que la crisis actual es resultado de un neoliberalismo salvaje cuando el origen de todo es culpa exclusiva de la intervención pública y artificial en los tipos de interés y de las políticas que obligaban a la concesión de hipotecas a personas con alto riesgo de insolvencia, con lo que nos obligaban a todos a pagar sus deudas, como ocurre ahora. Esto último ha pasado en EE.UU. durante los noventa (gracias, Clinton) y provocó la quiebra de Fannie Mae y Freddie Mac, las dos entidades semipúblicas que quebraron tras la explosión subprime de 2007. Los bonos de estas joyitas han contaminado balances de bancos y aseguradoras sin que se hayan enterado los espabilados que dirigen y supervisan.

El sector financiero es el más regulado que existe y en Basilea III se incide en la supervisión, control y bla, bla, bla pero visto de lo que ha servido hasta ahora es como para echarse a temblar.

Es decir, hacer cambios para que nada cambie, al menos a mejor. Mientras no se hagan cambios estructurales, se sigan permitiendo hacer trampas en el solitario a través de valoraciones infladas de activos para evitar quiebras, no saldremos de ésta.

Para terminar, la prueba de que no afecta especialmente a la Banca, es que las bolsas han amanecido celebrando el prácticamente nulo efecto que tendrá en los bancos cuando se esperaba otra cosa.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Premio príncipe de asturias de los deportes (sí, en minúsculas)

El prestigio es algo que cuesta muchísimo lograr pero, en cambio, apenas nada perderlo. Por ello, sorprende el interés de algunos por descapitalizar, a través de su banalización, a instituciones y símbolos como la Universidad y sus hueros títulos, el Gobierno y sus inanes ministros o, como se glosa en el título, la Fundación Príncipe de Asturias.

Uniendo los dos primeros ejemplos, recuerdo que, cuando era pequeño, llegar a ministro (ideologías aparte) sólo estaba al alcance de personas con una mente brillante y cultivada, avalado por unos, entonces, prestigiosos estudios universitarios. No hay más que ver ahora lo que hay. Me hizo mucha gracia cuando el primero de ellos, es decir, el actual Primer Ministro, comentó al poco de llegar al Gobierno que se había dado cuenta de que en este país cualquiera puede llegar a Presidente (imagino que no quería darle el sentido que le damos todos, pero no da más de sí).

Pero a lo que quería llegar realmente es al escasísimo valor que le doy al premio príncipe de asturias de los deportes. Mientras no se lo concedan a ÁNGEL NIETO, los demás lo tienen de prestado. Hay muchos que se lo merecen pero también hay casos en que parece que se están choteando de Nieto. Por poner unos pocos ejemplos, parece que reúnen más méritos la Selección de Brasil, Fernando Alonso cuando aún no había ganando ningún Campeonato, Yelena Isinbayeva por superar los cinco metros con la pértiga, Hassiba Boulmerka por ser corredora en Argelia, Sito Pons por ganar dos Campeonatos del mundo o ¡El Tour de Francia!, que ganar 12+1 Campeonatos del Mundo y poner a España y a sus motos en el mapa.

Imagino que gente como Raga, Bou o Laia ni se lo plantean.

Qué a gusto me he quedado.

martes, 7 de septiembre de 2010

El valor del dinero

El dinero, a pesar de la concepción peyorativa que se tiene del mismo desde la izquierda, es un invento intrínsecamente bueno. Es cierto que por él somos capaces de las mayores bajezas pero el problema está en nuestras miserias. Sin él sería imposible avanzar y la Sociedad seguiría malviviendo a base de trueques.

Ahora estamos en una situación en la que la falta de liquidez está estrangulando a la economía real por el ya comentado crowding out. El sector público se lo come todo. La banca recibe del BCE a un tipo muy inferior al que consigue con la compra de Deuda Pública, papel que a su vez le sirve de colateral para pedir más al Banco Central y así sucesivamente. Mientras, el pobre empresario o autónomo ve cómo sus proyectos se van al garete o cómo sus clientes no le pueden pagar por lo que cierra el chiringuito y más paro y miseria. El déficit público y su consiguiente resultado de endeudamiento, debería estar prohibido y penado con cárcel.

El asunto es que el BCE puede hacer que la rueda siga girando a base de darle a la máquina de imprimir dinero sin un respaldo real. Eso no es sólo una huida hacia adelante sino una forma de suicidarse lentamente. También es cierto que no hay porqué tener prisa. ¿Qué problema tiene esa forma de actuar?, pues que el valor facial de un billete es superior a su valor real. Y eso sólo tiene una salida natural: la inflación o, como es el caso, con un volumen tan elefantiásico (en el sentido literal) como el que se da en la actualidad, hiperinflación.

Los precios no están subiendo como deberían porque la demanda es tan pobre que la única forma de vender es bajando los precios. Ahora estamos en un momento idílico para los que tengan liquidez. Yo mismo, en cuanto me quite alguna incertidumbre que otra, me voy a por una Transporter (a poder ser roja Montesa) o una Vito en su defecto, para los traslados trialeros, que el remolque ya está pidiendo la prejubilación.

¿Qué significa ésto?, que vamos casi irremisiblemente hacia una recuperación en W. Es decir, que en cuanto la cosa mejore, aunque sea formalmente, los precios deberán reflejar el verdadero valor del dinero, es decir, los activos tendrán que apreciarse. Realmente, no será la única razón por la que se inicie la segunda V, también tendrá mucho que ver el hecho de que se está maquillando el valor de activos como los Bonos y la vivienda que están claramente sobrevalorados, es decir, nos estamos haciendo trampas en el solitario.

Cuando ese momento llegue, que será más pronto que tarde, recomiendo salir de renta fija (la tradicional, no la ligada al índice de precios) y entrar en otras inversiones. La protección tradicional contra la inflación, además de las acciones, ha sido el Oro, otros metales preciosos y materias primas. No creo que sea casualidad que, por poner un periodo cercano, durante 2009 y lo que llevamos de 2010, el oro se haya revalorizado un 41,5%. Y no todo es refugio, la subida se agudizó desde que se empezaron a imprimir billetes como churros.

Mi consejo es Telefónica, valor que da una rentabilidad por dividendo cercana al 6,5%, con resultados operativos que incorporarán la inflación y con un potencial de subida envidiable. Hay otros que dan números mejores pero no tienen la solidez de la operadora, y el riesgo tiene algo de importancia.

Como colofón, una referencia al título: el billlete que tienes en el bolsillo, vale menos de lo que indica. Gástalo ahora o inviértelo en algo que se ligue a la inflación. El timing lo dejo en manos del interesado.