sábado, 19 de agosto de 2017

Barcelona - Cataluña

A pesar de conocerla poco, imperdonablemente, Barcelona es una ciudad que siempre me ha causado admiración por lo bien hecha que está (tendrá sus miserias, como todas), lo racional de su configuración, las obras de arte que tiene por todas partes en forma de edificios, su privilegiada ubicación mediterránea y, en lo que a mí concierne, por la gente que he tenido la suerte de conocer.

El atentado perpetrado el pasado jueves en Barcelona y Cambrils, con un balance de catorce muertos y ochenta y ocho heridos, me ha afectado más que si hubiera ocurrido en otro lugar, al menos en el plano humano por la preocupación de que pudiera haber afectado directamente a los amigos que tengo allí, Pero conocer el lugar donde ha ocurrido hace que sea más fácil imaginar los hechos y, por lo tanto, más real.

No me gusta que, tras una barbaridad cobarde y criminal como acostumbran a hacer los terroristas, se llenen las redes sociales de lacitos negros, de lágrimas y de fotos tiernas con el lema "todos somos Barcelona" (en este caso). No por nada, respeto la necesidad de las personas de hacer pública su pena y dolor, de hecho lo estoy haciendo ahora aunque sólo para los poquísimos lectores del blog, pero me pasa como con el luto, que siempre lo he considerado  como un "no quiero que piensen que no me importa".

Creo que no se deberían considerar como atentados sólo, sino como acciones de guerra que creo que es en lo que estamos. Si quieres la paz, prepara la guerra, dicen. La maldad existe, sin duda.










Me ha llamado la atención que ante una situación tan grave y dolorosa, se haya aprovechado para hacer política (la ANC critica al metro de N.Y. por poner la bandera de España en lugar de la Señera, el Consejero de Interior distingue entre víctimas catalanas y españolas, alguien pide la dimisión de quien puso un tuit de la policía catalana en castellano pidiendo que no se difundieran imágenes que faltaran a la dignidad de las víctimas, parece ser que se ha ninguneado a la Policía Nacional en las actuaciones policiales, Rosa María Sardá pidiendo emancipación en directo y con los cadáveres aún calientes, etc.). Es alucinante la enorme capacidad de sectarismo del ser humano que hace que las personas pasen a un segundo plano por debajo de las ideas que quieren imponer.

Además, la asquerosa utilización política por parte independentista durante la manifestación, demostrando que las víctimas no sólo no le importan sino que parece que les sirven de provecho político, me ha revuelto bastante.

La demostración de prepotencia y desprecio a la verdad del  hombre de moda, el "major" de los Mossos, un tal Trapero, las imágenes de manifestantes tirando a una papelera carteles contra el terrorismo porque estaban escritos en español, acosar a una manifestante porque llevaba una bandera española, me hacen pensar que el sectarismo es más grave de lo que parecía.

Siento una enorme pena que una tierra tan maravillosa como es la catalana esté tomada por dicho sectarismo. Quizá influya el hecho de que en Madrid importe poco el tema identitario, no sé, pero me ha llevado a hacer algunas reflexiones.

Sobre las fotos, me parece correcto que las imágenes morbosas o que identifiquen claramente a una víctima sólo puede producir más dolor para sus familiares y amigos pero ocultar toda referencia sobre la violencia desatada creo que no es bueno. Sin las imágenes salvajes de Auschwitz, por ejemplo, no se tendría una idea tan clara sobre el horror como el que tenemos ahora y por ello el nazismo no sólo se considera despreciable y criminal sino que está prohibido. No hay imágenes del horror de los gulags, del hambre, la miseria y la represión provocada por el comunismo, por ejemplo, y aún hay gente que lo considera como una opción respetable y es una opción política legal. La imagen es muy importante para que la realidad se imponga.

Siempre que se habla de Cataluña y más concretamente de Barcelona en el resto de España, sobrevuela el tema del independentismo. Cuando España ganó el Mundial, cuando el Barça gana una champions, es normal ver a algunos jugadores envueltos en sus respectivas banderas autonómicas pero las únicas que levantan un cierto malestar o desagrado entre mucha gente son la vasca y la catalana, especialmente ésta última (una vez que parece amortizado el tema de ETA, aunque yo creo que está más fuerte que nunca, ahora que mandan de forma institucional).

El independentismo ha conseguido algo profundamente dañino, como es que se hable con resquemor de los catalanes, no sólo de los independentistas, metiéndolos a todos en el mismo saco. Vaya por delante que considero legítimo cualquier sentimiento o deseo personal en este ámbito. Mi experiencia con los catalanes no puede ser mejor. Siempre que he ido allí, exclusivamente para temas de motos como el trial, Montesada o Impalada, todas las personas con las que he tratado han hecho que me sintiera especialmente querido. Imagino que, al igual que yo no quiero que me vean como a alguien hostil con ellos, tampoco quieren que me sienta rechazado por venir de Madrid, incluyendo a algunos que son independentistas. Es uno de los daños colaterales del nacionalismo a ultranza que nos convierte en distintos en vez de en iguales, que es lo que somos.

Pero como decía, mi concepto de los catalanes que conozco, es que son generosos como pocos, a pesar del injusto topicazo que arrastran y que ellos mismos han somatizado con frases como "ya sabes que soy catalán", molt amables, en fin, buena gente. Tengo más cariño a muchos de ellos que el que pueda tener con vecinos. Si viviera allí supongo que me encontraría de todo, lógicamente, que como en todas partes, cocerán habas a calderadas, pero lo que me resulta significativo es que no hay ni uno de mi reducidísima muestra que me haya dicho o hecho algo que me pareciera fuera de lugar o desagradable. Hasta con los más nacionalistas he tenido conversaciones siempre presididas por el respeto y el cariño mutuo. Igual es que he tenido suerte y sólo he coincidido con buena gente pero me parece mucha casualidad. También es cierto que me relaciono con personas educadas y que no deben estar infectadas de ese virus, que en todas partes hay, que hace que las personas se conviertan en irracionales (sentimientos aparte) y de una forma absurda se disparen en el pie con gusto.

El nacionalismo radical, cualquiera que sea éste, sólo puede funcionar si se inocula dicho virus y la jeringuilla necesaria para lograr tal infección es el odio al semejante, revistiéndolo de enemigo. Ese odio sólo puede conseguirse mediante la mentira, el arma más mortal que existe. En Cataluña llevan años aleccionando a los niños (en castellano al menos se dice así, es un genérico, no hace falta incluir el latiguillo de "y a las niñas" aunque lo acabo de hacer) y la actual generación de jóvenes (o no tan jóvenes) tiene en muchos casos unas ideas totalmente contaminadas por la sarta de falsedades que, desde pequeñitos, les han hecho creer. Yo recuerdo que cuando estaba en el colegio, todo lo que me decían los profesores o venía en los libros de texto lo consideraba como la verdad absoluta, y estoy hablando de los años sesenta y setenta, que con los años he tenido que revisar porque en todas partes y épocas donde se dedican a aleccionar a los "cachorros" se cuentan muchas mentiras o medias verdades, por lo que comprendo que es muy difícil pensar que mucho de lo que uno cree está falsificado o es simplemente mentira.











Cataluña era un estado independiente: En el colegio, por ejemplo, enseñan a los niños que en 1714, Felipe V invadió Barcelona después de sitiarla y abolió las instituciones catalanas y por ello en el Camp Nou se grita "independencia" en el minuto 17 y 14 segundos. La realidad es que en aquella época Cataluña formaba parte de la Corona Hispánica desde el siglo XV, fruto de la reunificación peninsular y que arranca cuando los condados de la Marca Hispánica (Ribagorza, Urgel, Cerdaña, etc.) se unieron bajo el caudillaje del Conde de Barcelona. Posteriormente se integran en la Corona de Aragón, a la de Castilla por unión personal entre ambas y la de Navarra después. Con ello se volvió a la unidad cultural y política de la Península que existía desde la antigüedad romana y el reino visigodo. Es decir, llevaban más de dos siglos formando parte de la Corona Hispánica. En 1714 los catalanes que luchaban contra los borbones (no contra los castellanos) no deseaban la independencia sino que peleaban para que el candidato austriaco fuera el rey de la corona española en lugar del francés, Felipe de Anjou (Guerra de Sucesión, al morir Carlos II sin descendencia). Tanto el Conseller en Cap (Rafael Casanova) como el general Villaroel (al mando de la tropa) manifestaron claramente siempre que luchaban por sus fueros y por la Corona de España. Las instituciones catalanas juraron fidelidad a Felipe de Anjou (Cortes de 14 de enero de 1702, en Barcelona) pero una flota anglo-holandesa a favor de Carlos desembarcó en el río Besós (25 de agosto de 1705) y conquistó Barcelona ante la indiferencia de la población, reconociendo las instituciones catalanas a Carlos como rey de España el 16 de octubre. La guerra la acabó perdiendo el Archiduque Carlos y Felipe V, sin oposición, abolió las instituciones catalanas, amnistiando al mismo tiempo a los dirigentes de la revuelta austracista y creó un estado centralista siguiendo el modelo francés. Las instituciones catalanas del siglo XVIII eran feudalistas representando a la aristocracia, a la burguesía y al alto clero y defendían sus intereses, no eran un parlamento al uso porque el concepto de soberanía nacional y popular es posterior. Cada 11 de septiembre se conmemora aquel día de 1714 en que Barcelona y los seguidores del Archiduque Carlos se rindieron a las tropas de Felipe V, haciendo una ofrenda floral ante el monumento de Casanova de la calle Girona de Barcelona. Rafael Casanova fue amnistiado en 1719, ejerció como abogado hasta 1737, año en que se retiró. Murió en 1743 (no vivió muy mal tras perder la batalla). El bando de Casanova, como patriota español que era, llamaba "a luchar y derramar la sangre gloriosamente por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España ante la esclavitud del dominio francés". Muy independentista no parecía pero han retorcido la Historia de una forma grosera que, curiosamente, ha calado profundamente.  Supongo que si Rafael Casanova viviera, igual fusilaba a todos los que le homenajean actualmente por traidores a la Patria.

La opresión de la lengua:: En Cataluña nunca se ha dejado de usar su lengua. Los nobles y los burgueses educaban a sus hijos en castellano ya antes de 1714 y por las mismas razones que ahora llevamos a nuestros hijos a colegios bilingües o intentamos que aprendan inglés, para prosperar. En la época del franquismo es cierto que se decidió que el castellano fuera la única lengua oficial para asuntos oficiales y así facilitar la comunicación, pero no se prohibió. ¿Por qué, si no, la población lo hablaba sin problemas muerto el dictador?, porque no se dejó de hacer nunca, no hubo que hacer un esfuerzo para que la gente lo volviera a hablar. En un curso de trial que hice en Sant Boi de Lluçanes, provincia de Barcelona, me pedían perdón continuamente por hablarme en catalán (demostración de la educación y amabilidad de la que hablaba al principio) pero argumentaban que como había estado prohibido ahora tenían la necesidad de hablarlo. No quise debatir porque me pareció estéril dada la convicción ciega del aludido.

En la película "La gran familia y uno más", de 1964 (con el franquismo omnipotente) hay una escena reveladora cuando el autobús del equipo de la selección catalana de baloncesto en la que jugaba el novio de una de las hijas de la familia, en Madrid, se volvía a Barcelona con una gran pancarta en la parte de atrás con el lema "Visca Catalunya". Parece complicado que se le escapara el detalle al censor de turno.




Otro caso distinto es el del euskera (que conozco de primera mano, ya que mi madre vivió en Bilbao desde 1936 hasta 1960 y, por cierto, tengo fotos suyas con el traje regional en la Semana Grande) que sólo se hablaba en las aldeas y estaba muy mal visto en las ciudades, especialmente en Bilbao. Cuando alguien hablaba en dicha lengua era calificado inmediata y despectivamente como aldeano, equivalente al típico "paleto"que se usaba en el resto de España por parte de los tontitos de la ciudad (entre los que me incluyo). Después, las ikastolas tuvieron que hacer un gran esfuerzo para "reeducar" a las criaturas porque poca gente lo sabía. Hay infinidad de ejemplos documentados que desmienten la falacia de la prohibición y persecución del catalán durante el franquismo. Basta comprobar la fecunda y premiada producción literaria en catalán durante esa época. Otro ejemplo, en la visita de Franco a Cataluña en 1952 (siempre recibido con honores y de forma multitudinaria, por cierto), se inauguró la cátedra Mil i Fontanells para el estudio científico de la lengua catalana. En la visita de 1962 con motivo de las terribles inundaciones en la comarca del Vallés provocadas por el río Ripoll, se ve en el NO-DO una pancarta de bienvenida con el texto "Viva Cataluña y Visca Espanya".



En las navidades de 1964, para conmemorar los famosos 25 años de paz, el Ministerio de Información y Turismo organizó una macrocampaña propagandística, instalando enormes carteles por toda España en español, catalán y vascuence. Muy perseguido no parecía.

Supongo que se tomará como una defensa del franquismo, cosa que no me preocupa, pero lo cierto es que es sólo a efectos de desmontar otra mentira más. Vaya por delante que en esa época también se mentía y contaminaba, como ya he indicado antes sobre mis años de colegio.

Otro mantra es que el catalanismo radical siempre ha luchado por la independencia: En ésto se parece mucho al fenómeno vasco. Tanto para ETA como para Terra Lliure, la independencia no era un fin sino un instrumento para construir un Estado socialista, como publicaban estos últimos en el primer número de "Alerta". La caída del muro de Berlín les dejó sin esa posibilidad, convirtiendo la independencia en un fin en sí mismo.

Podría seguir pero se está haciendo pesado hasta para mí.

Mentiras y más mentiras. Lo que no puedo comprender es cómo permitimos que arraiguen siendo tan sencillo rebatirlas.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Impalada 2017



¡Aquest any també!

Por los pelos, pero al final fue posible. Y menos mal, porque han vuelto a ser cuatro días magníficos de curvas, sensaciones y, sobre todo, de amigos.

El plan era igual que el del año pasado, salida el jueves para pernoctar en Alcañiz, llegar a Barcelona el viernes, hacer la Impalada el sábado con vuelta a Alcañiz incluida y llegada a Madrid el domingo.

Este año el hecho diferencial ha sido que el jueves nos reuníamos con Fernando, Eugeni y Juliá en Alcañiz para hacer la ruta hacia Barcelona el viernes, una ruta que habían preparado los amics.

Debido al calor sofocante decidimos salir muy temprano. Tras alguna parada para repostar y comer en Muniesa, a eso de las 16:00 estábamos en Alcañiz, en el ya mítico El Trillero, donde no nos pueden tratar mejor

¡¡Qué bien se portan!!

Ducha, descanso y varios tercios de Mahou después, llegó la cuadrilla a eso de las 20:30 cuando ya empezábamos a pensar que igual habían parado a repostar en el Calipso pero no, simplemente se lo habían tomado con calma.

Lo mínimo que se hace cuando llegan unos amigos es recibirlos con unas cervezas:

Foto de Fernando


La obligada foto del mítico grifo Harley Davidson de Jose "El Trillero" (foto de Fernando)
Paseo hacia la plaza Mayor de Alcañiz con el lema de John Habersboch del que nos apropiamos: "La vida es aventura o no es nada":

Para satisfacción de Eugeni, ha quedado un poco culé (foto de Fernando)


Charla de motos, loas a la Impala y muchas referencias a Pepe al que echamos tanto de menos que le hacía estar presente todo el tiempo. De hecho, todos llevamos en la Impala una cinta de la Virgen del Pilar, tal y como hacía él.




Nacho no pudo venir por unos problemas de salud, ya en vías de solución, pero estuvo también presente en forma de cena a base de croquetas en su lugar favorito

Eugeni calculando cuántas raciones más deberíamos pedir (foto de Fernando)

Las motos quedaron a buen recaudo en la sala de fiestas donde Jose nos deja guardarlas por la noche

A saber qué hacen toda la noche juntas las cinco


El viernes, menos temprano de lo previsto, sacamos las motos y salimos directos a la ruta de los amics con destino final Barcelona (Mataró)



Listos para salir de alcañiz. La foto la hizo un entusiasta paisano al que le encantaba hablar de motos.
Tres barcelonesas, una cordobesa y una santanderina. La Impala se vendió por toda la piel de toro.
La ruta planificada por los barceloneses (que no barcelonistas todos) pasaba por la comarca del Matarraña (Teruel) y la primera parada fue Valderrobres, por donde pasa el río Matarraña (lógicamente), a cuyas orillas se disponen las casas de la parta baja del pueblo. Eugeni consiguió una magnífica foto:


Foto que sólo podría mejorarse con ésta:


Un iluminado dando la mano a un amigo invisible:



Una parada para admirar el paisaje que se esconde cuando viajas por autovías o vas en coche: En este caso en Horta de Sant Joan:

Foto de Fernando con temporizador

Fernando preparando la foto anterior mientras Juliá se informa de lo que ocurre en el mundo exterior:


La siguiente parada era la cartuja de Escaladei (Scala Dei en origen), que merece un breve comentario. Fue la primera cartuja de la península ibérica, fundada en el siglo XII, en la comarca del Priorato (Tarragona). Precisamente, el nombre de la comarca procede de la existencia de esta cartuja, que además fue fundamental en el origen de cultivo de la vid que tan famosa la ha hecho. En 1835, desamortizaciones aparte, los motines anticlericales, especialmente violentos en Cataluña aunque en Madrid tampoco se cortaron mucho,  no tuvieron mejor idea que incendiar el convento un 25 de julio  iniciando así su abandono y destrucción, quedando sólo unas ruinas reconvertidas en museo.
Parada técnica con Julián ejerciendo de montesista - Foto de Fernando
Llegamos a la cartuja (o lo que queda de ella) y el guarda, amablemente, nos invitó a irnos de la única sombra que había:

Foto de Fernando
Ruinas de la Cartuja:



Aquí tuvimos un recuerdo especial para Pepe porque seguro que le hubiera gustado detenerse un momento en un lugar así con el significado que tiene.

Siguiente parada, Siurana. Precioso paraje, donde aprovechamos para comer en un restaurante de un amigo de Juliá:

Foto de Fernando

Foto de Fernando
Foto de Fernando y su bendito temporizador. Del trípode no hablo


Las motos, que no son tontas, buscaron la sombra
Después de más de 150 km., llegamos a Barcelona, directamente al Ace Café:


Las gente del Motoclub ya se había ido así que, tras una cerveza y apretar la matrícula de Juliá que adolecía de Parkinson galopante, los de Madrid nos dirigimos al hotel en Mataró a descansar, donde nos esperaba el bueno de Ramón.

Al día siguiente empezaba la Impalada oficial (la nuestra siempre empieza dos días antes). La verdad es que, además de disfrutar de un recorrido espléndido, como siempre lo hacen los Pep, Jaume, Santi, Enric, Susanna, Susana, Carles, y muchos más cuyos nombres no conozco, el verdadero placer es volver a verlos y charlar un rato, las risas, ...la amistad, al fin y al cabo.

Tuvimos ocasión de conocer al hijo de Pepe, digno hijo de su padre, un encanto, que fue con la, ahora suya, Impala carenada que tan fina y elegante volaba con el Gran Pepe a sus mandos y que seguirá igual ahora, seguro, aunque no pude compartir kilómetros junto a Pepe hijo.

No tengo fotos del recorrido porque no puedes pararte cada cien metros a admirar los maravillosos paisajes que gastan por allí; hay que llegar en grupo, las cerca de 400 Impalas que rugen a tu alrededor te obligan a centrarte en la carretera porque entre tantas hay de todo: los que pilotan muy bien y van rápido, los normalitos como servidor y los que sólo montan una vez al año (y se les nota) hacen un mix de conducciones que pueden provocar sustos con facilidad. Pero lo cierto es que es una delicia, sólo imaginable si lo pruebas, ver la serpiente multicolor (licencia del ciclismo) estirándose por las curvas, el espléndido sonido que emiten, el olor a gasolina al 2 ó 2,5% (algunos al 4%-va por ti, Pepe). En realidad debería haber escrito "serpiente tricolor" porque la inmensa mayoría son rojas, que por algo son Montesa, unas cuantas amarillas (Texas) y una negra (Susana Dasca)

De vuelta al hotel para la comida pude charlar un rato con las encantadoras Susana (la de la Impala negra) y Susanna Permanyer (Montesa en estado puro) que me hizo una foto con la Impala 3 que, aunque recibe algunas críticas, yo me la compraría con gusto porque no tengo moto "grande" ya que la que tenía falleció por empacho de asfalto y de momento no me he animado pero reconozco que una Impala gorda (base de Honda CB 500) sería magnífico. Motor de sobra para lo que necesito y con ese depósito y ese faro, las prestaciones pasan a un tercer plano:

Sólo cambiaría el escape por uno más parecido al original

La mesa que nos reservaron los del Motoclub tenía por nombre "Texas", homenaje a Nacho, y estaba ocupada por ilustres impaleros como los siguientes:


Una alegría contar con Nacho Barlettt al que vi muy bien y en franca recuperación. La verdad es que analizando la composición de la mesa uno se da cuenta del lujo que es compartirla con estas personas: dos Tianas, un Piris, un Barlett, un Juliá Luna, un Valls y, especialmente, un Pepe Maciá que hizo menos triste su ausencia.

Como siempre, tuvimos que irnos a los postres así que nos despedimos con poco tiempo para salir hacia Alcañiz y llegar con luz, coincidiendo, desgraciadamente, con que Pepe hijo no estaba en ese momento. Desde aquí un fuerte abrazo, me ha encantado conocerte, comprobar que Pepe sigue entre nosotros a través tuyo y pedirte disculpas por no haber podido hablar con tiempo y calma.

La vuelta a Alcañiz fue normal aunque debido a un rodeo por malentendidos entre nosotros y el GPS, llegamos de noche. Pues resulta que de noche también es un gusto circular con la Impala, esos 12V dan mucho de sí.

Al día siguiente, domingo, de vuelta a Madrid sin más incidencias que un gripaje llegando a meta que solucionamos con la inteligencia y habilidad que nos caracteriza. Probablemente un exceso de calor apoyado por un carenado que no deja respirar igual, supongo, hizo que el pistón y un cilindro ya tocado se abrazaran con tanto amor que no se querían separar.

En fin, que ha sido un viaje, de nuevo, excelente, con una compañía inmejorable.

Para terminar, dar de nuevo las gracias a los amics por serlo, por su esfuerzo y a esa estupenda tierra que siempre nos acoge con cariño.

¡¡YA VAN CUATRO!!

2012, 2015, 2016, 2017


NOTA 1: Julián estrenó las láminas y debo decir que funcionan, como mínimo sirven para reducir el consumo y de manera apreciable, medio litro de media menos cada 100 kms. entre una con láminas y otra sin ellas. La mía, todo original, hizo unos 4,1 l/100 km frente a los 3,5 de la de Julián. Claro que en temas de consumo las cosas son un tanto aleatorias porque, por ejemplo, Eugeni afirma que la suya, Impala "1", anda entre 6 y 7 litros. No sé si lo ha calculado mal o es que siempre enrosca el puño hasta romper el cable. La verdad es que corre como llevado por el diablo :-)

NOTA 2: Según mi cuentakilómetros, 1.653 km. de disfrute sobre la Impala, 67 litros consumidos al 2%. Cada año hacemos más. El primero, en coche con remolque XXL, el segundo en moto el viaje de ida, el tercero ida y vuelta en moto y este año con ruta extra con los amics. No sé qué haremos la próxima vez,  ir vestidos de lagarteranas o algo así.

NOTA 3: La experiencia hace que vayamos mejorando los procesos y había uno, el de la mezcla, que no por simpático dejaba de ser engorroso. Lo de la jeringuilla con el frasco de espárragos para hacer la mezcla tenía su encanto, clásico como pocos, pero la realidad se impone y acabamos llevando tubos de los que venden en las gasolineras así que hemos ido regando de tubos vacíos las papeleras de las gasolineras de media España.

NOTA 4: El grupo. Difícil tener mejor compañía. Fernando y Eugeni hacen todo fácil, además de contagiar lo que ahora se llama buen rollo. Mención especial para Juliá, a quien no conocía y resultó una excelente aportación. Me hizo gracia que, al igual que me pasa a mí (aunque cada vez menos), que veo zonas para hacer trial por todas partes, él no hace más que imaginar trialeras por doquier.. Una pena que no se pudiera completar con Charlie, liado con asuntos laborales, con Nacho y, por supuesto, con Pepe.

Un fuerte abrazo, Pepe



Hasta la próxima, cuando quiera que sea.